El principio del progreso
- Daniella Paz Reyes Aguirre
- 22 ene
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 19 mar
El libro "The Happiness Hypothesis" (La Hipótesis de la felicidad) trata un concepto que me parece fascinante. Habla sobre la decepción del éxito. El psicólogo Richard Davidson, habla del “Estilo afectivo” y explica que en el circuito de la corteza frontal izquierda hay dos tipos de efecto positivo: Al primero lo llama “Afecto positivo previo al logro de la meta”, que es el placer de sentir que progresaste hacía una meta y al segundo “Afecto positivo posterior al logro de la meta” el que Davidson dice que surge cuando alcanzas un objetivo que querías”. Según este psicólogo el primero es mejor que el segundo, esto ya que el “Afecto positivo posterior al logro de la meta” reduce la producción de neurotransmisores que generan placer. Por eso es que cuando te promueven, te casas, te compras la casa, luego de la euforia inicial viene un periodo de “bajón” y el cerebro instintivamente piensa en qué viene ahora, cual es el nuevo objetivo.
Otro aspecto interesante es el principio de adaptación. Este establece que la mente es altamente sensible a los cambios en las condiciones, pero no tan sensible a niveles absolutos. En español, si ganamos la lotería estaremos felices por algún tiempo, pero luego, nos vamos a acostumbrar a nuestra realidad y volveremos sin duda a nuestro nivel de felicidad basal.
Malas noticias para los que piensan que teniendo un trabajo nuevo o mucho dinero para gastar van a ser finalmente felices.
Me pongo a pensar entonces, ¿qué lo que es más importante de alcanzar en la vida? y creo que lo que es fundamental no son las condiciones de mi vida, sino, mi nivel de felicidad basal, ese que no depende de las condiciones sino de como pienso y de cómo veo la vida.
Me recordó a lo que decía Wayne Dyer, “no hay un camino hacia la felicidad, la felicidad es el camino”
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